Pensé que tendría mas tiempo/ánimos para escribir mas.
Y en verdad me equivoqué.
Aunque en el lado amable he tenido tiempo de cocinar, comer, dormir y hasta trabajar con calma, bien lejos del apuro constante de mi rutina cotidiana.
Hay días en los que me siento un poco pegada al suelo, no tengo ánimos para hacer nada que no sea lo estrictamente necesario para sobrevivir, y hay días en los que soy una locomotora de ánimo. Pero todos los días, los mas brillantes y los más oscuros, pienso, que aun no estoy segura de cual es mi propósito en esta vida. Y eso, mas que cualquier otra cosa, me da vuelta a diario por la cabeza.
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