Para mi el año nuevo comenzó en febrero del 2018.
Todo comenzó a moverse, a cambiar.
Entre una de las resoluciones importantes que vengo arrastrando desde el 2015, (ademas de bajar de peso), se encuentra el trabajo final de la maestría. Pero entre el costo y la falta de tiempo... (y la falta de ganas) he ido dilatando la posibilidad de culminar la que yo quiero pensar, será la ultima inversión académica en torno a la arquitectura.
En todo caso. Dicen, que cuando llega la persona correcta, todo comienza a fluir mas fácilmente y que esa persona, te da el soporte necesario para que puedas avanzar y emprender nuevos retos.
En el rango desde que nos hicimos amigos hasta que nos enamoramos, pasaron muchos meses, muchas salidas y muchas cervezas. Y con el terror que yo sentía de volver a lanzarme al ruedo con el recuerdo latente de todas mis relaciones fallidas, en especial la del matrimonio pues, créanme, no fue nada fácil lanzarse al abismo.
Después de tantos años de postergar estos (digamos) deseos latentes de superarme como persona/profesional/ser humano, finalmente llega la persona clave que me dice "ahora" y bueno, aquí estoy embarcada en un nuevo plan de vida, con el cronometro corriendo y mas feliz que nunca porque al fin hay alguien del otro lado dándome el animo que me faltaba y creyendo en mi, mas de lo que yo misma lo hago probablemente.
Este sin duda va a ser un año importante.
¡Feliz 2019!
PD: en algún momento tendré que mostrarle el blog, aunque aun me da un poco de vergüenza que se entere que ha sido protagonista de mis últimos posts.
