sábado, marzo 28, 2020

12 dias de cuarentena

Si fuera poeta, tendria en este momento un cuaderno lleno de versos y sonetos tristes; si fuera compositora, habria añadido canciones de amor y despedidas a mi repertorio, pero soy un simple ser humano, que se quiebra 2 veces por dia, y no por el hecho de estar confinada entre las cuatro paredes de la casa, no es queja, me quiebro porque el mundo con el que soñé allá afuera, se está resquebrajando por completo.

Dicen que los planes de Dios son perfectos, y no lo dudo, somos nosotros los imperfectos que no aprendemos aún a tener paciencia y a confiar. Tal vez el mundo que venga será mejor, no lo sé. Pero a pesar de que siempre me he considerado una optimista empedernida, hoy no me siento como tal. 

Como duele la noticia de esas personas queridas que se van, a las cuales no les puedes dar un ultimo adios, como duele no poder abrazar a sus familias para darles consuelo, y sobre todo, como duele no poder ir a abrazar a los vivos, a tus seres queridos, porque no es hasta que pasan estos eventos que uno no entiende la miserable particula que representamos en el universo, seres totalmente inconcientes y a la deriva de cualquier fuerza mayor, minusculos por completo.

Y solo ahi, con ese temor de enfrentar a la muerte sin previo aviso, es que uno comienza a aprender a agradecer, por esta vida, con sus altos y bajos, que ha sido en recuento una muy buena vida. Agradecer por lo aprendido, por lo vivido, por lo reido y lo llorado. Y a darse cuenta de la relatividad de las cosas y de la forma en que desperdiciamos el tiempo en quejas o enojos, que rebotan contra la pared y nos golpean en la cara, una y otra vez.

Llevo dias quebrada pero mantengo siempre la esperanza de que cuando todo esto pase, la luz del dia sera mas brillante, los encuentros mas significativos y nuestras prioridades mas sensatas.

Los abrazo con el alma y a la distancia.

PD: gracias por todo abuelo Wilson, te vamos a extrañar.


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