viernes, octubre 29, 2010

adaptarse

La sabiduría popular nos dicta que todo cambio siempre es bueno. Esto me imagino que se refiere a que todos los cambios rompen la monotonía en la que vivimos inmersos y nos permiten ver un poco más allá de lo que estamos acostumbrados, cosa que nos permite avanzar como seres humanos.

La parte humana de los cambios nos dice al contrario, que a pesar de que acojamos los antes mencionados cambios con gran optimismo y las mejores proyecciones mentales, que los cambios bruscos nos sacuden el piso y representan un reto fuerte al cual uno se debe sobreponer de golpe y porrazo (si porque tampoco tiene sentido andar lamentandose por los rincones meses enteros por que la vida cambio, ahi se aplica no mas la de "sea machito, aguanteselas y siga viviendo").

Aunque los cambios sean progresivos y lentos, en algun momento te sientas a pensar en el pasado y en las cosas de el que extrañas, no siempre se da esto (asumo), ya que hay veces que en realidad el pasado es un desastre, pero de modo general da pena dejar la rutina con la cual te llevabas tan bien y estabas habituado a convivir.

Se viene un feriado con mucho trajín y con muchas adaptaciones...

Felices dias venideros a todos! Disfruten lo que sea que hagan! :)

domingo, octubre 24, 2010

Los cambios

Yo siempre he sido una persona de rutinas (de modo general).

Estudie 13 años seguidos en el mismo colegio, era parte del pensamiento colectivo de mi familia, guarde con orgullo todo lo que me fue enseñado: valores, ideales, formas de pensar y vivir. Estuve años cantando todos los domingos en el coro de la iglesia del barrio como aporte a la comunidad.

Luego en la universidad me acostumbre a una rutina (aun no se como sobrevivi durmiendo 3 horas cada 2 dias pero lo hice), esta incluia privarse de ciertas cosas de la vida cotidiana por tener en claro la meta que se deseaba alcanzar entonces. Trabaje muchos años seguidos en la misma empresa, haciendo lo mismo, con la misma gente, en el mismo horario todos los dias. Me acostumbre a ir al gimnasio todos los dias a la misma hora y a trabajar luego en la noche en mi casa en el mismo horario, a ver las mismas series de tv en la noche, a desayunar lo mismo todas las mañanas, a presupuestar en un cuadro de excel mis gastos y a controlar absolutamente todo lo que se referia a pagos de tarjetas y de modo general a controlar todo lo referente a mi vida.

Despues de 23 años de tantas rutinas, llego mi perdicion jajaja. Claro, me enamore mucho mas rapido de lo que era usual para mi y desde ese punto, 2 años atras, en el que logre superar el miedo al matrimonio (no a las relaciones largas) comence a sospechar que durante muchos años habia estado viviendo en camara lenta, sin disfrutar la vida y que ahora el tiempo se me estaba yendo mucho mas rapido. Yo se que he tomado buenas decisiones en este ultimo periodo de tiempo, aunque parezcan dificiles en este momento (si, en este momento todo parece muy dificil) tengo la plena seguridad que son augurio de un futuro brillante que viene mas adelante.

Asi que tuve que romper las rutinas, me guste o no, lo tuve que hacer y tomar decisiones irracionales a veces y luego enojarme conmigo misma pero, en todo caso, eso es lo que me ha permitido dar este salto hasta el dia de hoy, en que me encuentro felizmente casada, esperando un precioso bebé y comenzando a preocuparme por cosas como el juego de cubiertos, lo muebles de la cocina y el tipo de cortinas que vamos a poner en las ventanas. Increible no?

Ahora, la unica rutina que aun no he podido romper y con la que sospecho que tendre que vivir durante algunos añitos mas, es esa costumbre nomada de los cambios de casa jajaja... me toca cambiarme de casa una vez mas, eso si es independiente a cualquier poder de sugestion mental, simplemente, asi tiene que ser.

sábado, octubre 16, 2010

Un post feliz en medio de tanta amargura

Se debe liberar la presion. Sin ella uno no funciona, no se mueve, pero con exceso de ella uno puede terminar de enloquecer.

Ahora que libere gran parte de la presion, puedo sentarme con calma y por primera vez en mucho tiempo con una sonrisa en los labios y decir (o escribir) esto: Estoy feliz.