Esa sensación de recibir o encontrar cosas no esperadas en medio de un presente un poco turbio, me lleva de vuelta a los 5 años cuando uno esperaba ansioso sus regalos de navidad.
Este ha sido un día de esos desastrosos en que la vida hace lo que le da la gana y uno no tiene como perseguirla, simplemente tiene que sentarse a esperar que se calme un poco para agarrarla por los cuernos nuevamente. Pero lo mejor de todo es esta reacción natural, que incluye un poco de ironía y un poco de resignación. Yo no me había dado cuenta de esto, pero cuando estoy realmente histérica me comienzo a reir imparablemente.
Jajaja así es, a ese estado llamémoslo (inserte aquí el nombre a su elección porque la verdad, no se me ocurrió nada) agréguenle unas cuantas canciones de Rocola Bacalao y verán como obtienen resultados DESASTROSOS. Me he reido al menos una media hora seguida yo sola; aquí en la oficina comienzan a dudar si mi salud mental está en óptimas condiciones.
Que maravilloso que es reir, no hay nada que hacer...
-sigh-