Hace un par de días, una amiga hizo una publicación que decía que el 2016 ha sido un año "curandero". Lo cual tiene mucha lógica, porque este año ha removido muchas cosas a muchos niveles y claro, yo no soy la excepción.
En Ecuador tuvimos hasta un terremoto, que viéndolo desde una perspectiva súper amplia, nos anunció que creemos que nos la sabemos todas pero que realmente no estamos preparados para casi nada.
Entonces, les cuento que a nivel personal, el año entero ha sido un carrusel de emociones, pero que fue todo este *remesón* el que me empujó y me hizo avanzar. Pasó en cuestión de meses de ser "el peor año de mi vida" ya que el 2015 fue un año totalmente estancado para mi a "que lindo que ha sido este año" porque termina lindo y porque siento que he aprendido tanto y que, como diría John Lennon "for the first time in my life my eyes can see".
Si, por primera vez logro ver mas allá de mi nariz, y epa! descubro que aun estoy en pañales.
Tengo tanto que agradecer a la vida ahora, todas estas maravillosas (e inexistentes) coincidencias que me han traído a gente tan importante, mi familia, los reencuentros, las amistades y sobre todo el perdón. Lograr soltar algo por primera vez es de las mejores sensaciones del mundo, y este año tuve que soltar un montón.
